¡Por una universidad pública alejada de la competitividad y la lógica empresarial!
“Somos la universidad andaluza que más financiación recibe en las convocatorias competitivas. Por ejemplo, de cada tres euros que entran en Andalucía dentro del programa de investigación europeo Horizonte 2020, uno lo ha captado la US. Además, somos la tercera universidad española en captación de fondos nacionales. El índice de impacto de nuestras publicaciones supera en varios puntos a la media de España y de la Unión Europea. Somos líderes en España en patentes internacionales y hemos ascendido hasta la segunda posición en patentes nacionales.”
(Miguel Ángel Castro, Rector de la Universidad de Sevilla, entrevista publicada en el Diario de Sevilla el 27 de octubre de 2019).
Desde el SAT-US PDI queremos recordar que también somos una universidad sostenida sobre la fragmentación, la precariedad y la desigualdad. Una universidad en la que cerca del 40% del PDI laboral es temporal. Una Universidad en la más de diez figuras contractuales dividen al PDI Laboral y la mayoría de las categorías eventuales no tiene derecho a solicitar complementos por docencia y/o investigación. Una Universidad marcada por la desigualdad salarial, en la que una Profesora Sustituta Interina a 24 créditos puede llegar a cobrar al año menos de la mitad que el Profesor Titular al que sustituye, si se tienen en cuenta quinquenios, sexenios y complementos autonómicos.
Una universidad en la que la carrera académica se ha convertido, para buena parte del PDI, en una carrera de obstáculos. Obstáculos derivados del incremento del trabajo en gestión, docencia e investigación; de las desigualdades que genera el orden de prelación; de la coexistencia de vías de promoción insuficientes y heterogéneas; de la burocratización de los concursos y sistemas de evaluación, el endurecimiento de los criterios y su constante modificación; de la obsesión productivista basada en la excelencia, rapidez y cantidad; de la falta de financiación y la imposición encubierta al PDI a asumir muchas veces el coste de los congresos, estancias, traducciones, publicaciones, etc.
Somos, también, una Universidad en la que su Equipo de Gobierno asume y reproduce la lógica de la competitividad y las nuevas formas de neocolonialismo académico. Un modelo que refuerza el dominio anglosajón, prioriza los procedimientos de medición cuantitativos, penaliza la investigación de relevancia local y social, y acentúa la jerarquía entre ramas de conocimiento en función de si son consideradas más o menos productivas.