El PDI de la Universidad de Sevilla en tiempos de COVID
Curso 2020/21
“El PDI, en cumplimiento de sus obligaciones docentes, deberá buscar alternativas para desarrollar su labor en forma no presencial”. Esta fue la frase con la que los rectores de las universidades andaluzas despacharon al PDI en su comunicado del pasado 12 de marzo, al inicio del confinamiento. Como bien sabemos, el profesorado de la Universidad de Sevilla ha sacado adelante el curso 2019-20 con una cierta sensación de abandono y con una importante sobrecarga de trabajo por parte del equipo de gobierno de la Universidad, con el Rector a la cabeza. Sin contar con un mínimo apoyo en cuanto a recursos y medios, todo lo contrario, y sin cubrir las bajas de profesorado que en este tiempo se han producido.
El acuerdo de 16 de junio de la Junta de Andalucía y los rectores de las universidades andaluzas para la adaptación al curso 2020-21 vuelve a incurrir en el mismo trato al PDI. Una absoluta falta de consideración que se deja ver en frases como “… el estudiantado recibirá la atención y supervisión necesaria por parte de su profesorado, que deberá reforzarse especialmente en el escenario de docencia no presencial”. Y así, entre deberá y deberá, la dedicación docente del PDI de la Universidad de Sevilla (US) se va cargando de trabajo extra que no es reconocido (ni agradecido, ni pagado) por el equipo de gobierno de nuestra Universidad.
Todo esto se hace con el apoyo y el conocimiento del Ministerio de Universidades y de la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad, que se niegan rotundamente a contratar profesorado de refuerzo para que el PDI pueda ejercer su función sin menoscabo de la calidad y sin perjudicar al estudiantado.
Durante todo este tiempo, el SAT-PDI, así como el resto de secciones sindicales del PDI en la US, hemos sido muy pacientes entendiendo que estábamos ante una situación sobrevenida y nueva que había que sacar adelante de la mejor manera. A pesar de que el ninguneo hacia el profesorado ha sido la tónica general por parte de las instituciones.
El pasado mes de junio, ante esta situación de desconcierto y abandono del PDI por parte de los gobiernos del Estado, de la Junta de Andalucía y de la US, los sindicatos solicitamos la apertura de la Mesa de Negociación. En ella exigimos:
- Que la vuelta a las aulas se haga con total seguridad para toda la Comunidad Universitaria: PAS, PDI y estudiantes. Los planes hechos en junio ahora se encuentran desfasados.
- Reconocimiento del nivel de riesgo 3 (NR3) para el PDI de las áreas de Ciencias de la Salud y del nivel de riesgo 2 para el resto, pues hay gran posibilidad de tratar con personas sintomáticas con contacto físico en el primer caso.
- Que se apueste claramente por la presencialidad, si las condiciones lo permiten, realizando estudios por centros y títulos, buscando espacios grandes o abiertos para impartir la docencia y contratando profesorado de apoyo para dividir los grupos más numerosos.
- No al derroche de dinero para dotar las aulas de una tecnología que el PDI no ha solicitado y que no ha sido formado para usar.
- Dotación de recursos necesarios y suficientes para el PDI en caso de que la docencia tenga que ser online.
- Plan especial de conciliación familiar para casos de confinamiento de un@ profesor@ o de algún familiar. Desarrollo de una normativa de conciliación familiar sin que estas situaciones tengan que pasar por la valoración del SEPRUS, pues no se trata de un riesgo laboral.
- Agilización de la contratación de PDI sustituto para cubrir las bajas sin que cause perjuicio al servicio.
- Reconocimiento expreso del tope de 6 horas de tutorías por parte del PDI, incluso a través de medios no presenciales. Fijar un periodo de desconexión digital para la Comunidad Universitaria.
La respuesta por parte del Equipo de Gobierno de la US está siendo muy decepcionante, sin producirse ni un mínimo avance en ninguno de estos puntos.
Desde el SAT-PDI consideramos que las condiciones en las que va a comenzar el próximo curso no garantizan la salud de los miembros de la Comunidad Universitaria ni de sus familias, con un plan desfasado que no valora el riesgo de la alta presencia de asintomáticos en el sector de edad del estudiantado.
Denunciamos que la apuesta por dotar a las aulas de cámaras en lugar de por contratar profesorado responde exclusivamente a un interés por aprovechar el momento para dotarse de una tecnología que el PDI no ha demandado, dejando nuevamente que el profesorado tenga que sacar adelante el curso con dedicación extra y con recursos propios.
Porque, al fin y al cabo, las universidades consideran que el PDI deberá desarrollar su labor a pesar de que estas no lo doten de medios necesarios y sea cual sea el coste en tiempo personal, en recursos y en salud.
En defensa de las Universidades Públicas, por una vuelta segura a las aulas, por que el PDI participe en la toma de decisiones sobre la gestión de la docencia en tiempos de COVID, llamamos a todo el profesorado a movilizarse.