Faltan medios, personal, diálogo y repensar los modelos docentes
Se acercan las semanas de exámenes de la Primera Convocatoria del curso 2020/21 y gran parte del alumnado está pidiendo exámenes online para evitar infecciones de coronavirus en plena tercera ola de contagios.
Desde nuestra sección sindical y varios sindicatos estudiantiles venimos insistiendo, desde inicios de curso, que hace falta más profesorado para bajar la ratio alumnado/profesorado y así aumentar la seguridad sanitaria y la calidad docente. Sin embargo, el Rector está decidiendo la organización del curso de espaldas a la comunidad universitaria. Además, el Rector no solo no ha bajado la ratio, sino que ha malgastado unos 2 millones de euros en la colocación de cámaras en las aulas para un modelo de docencia semipresencial de difícil y penoso desarrollo. Esto nos lleva a un debate esencial en nuestra Universidad que el Equipo de Gobierno viene ignorando: los modelos docentes en la Universidad Pública actual y el papel de la docencia en el actual modelo universitario, incluyendo la promoción del PDI. Discutir la evaluación de los aprendizajes desconectada de los modelos docentes es un problema. Muchas estudiantes quieren no hacer exámenes, además de que no sean presenciales, lo que ya ocurre en algunas asignaturas. Se trata de un enfoque de evaluación continua muy interesante desde un punto de vista pedagógico, pero para generalizarlo tienen que mejorar muchas cosas en nuestra Universidad.
Desde nuestra sección sindical pensamos que en la situación sanitaria actual, y en vista de los medios humanos y materiales con que cuenta nuestra Universidad, los exámenes de muchas asignaturas con gran número de alumnado no deben ser presenciales debido al riesgo sanitario. Los contagios no solo pueden darse durante los exámenes. También se producen los desplazamientos a los campus y en los alrededores de los mismos. Exponer al alumnado y al profesorado a contagiarse es exponer a la comunidad, es exponer a muchas personas de riesgo. Además, conlleva saturar aún más unos servicios sanitarios públicos debilitados y agotados por la presión asistencial y las continuas privatizaciones sufridas durante años. En este contexto, creemos que la sensatez y la flexibilidad son dos cualidades que vienen faltado en nuestra Universidad durante la pandemia, con el Equipo de Gobierno a la cabeza, pero no solo. En algunas asignaturas, solo tienen que ir unos pocos alumnos/as al examen final, por ejemplo, en asignaturas en las que hemos hecho evaluación continua. En estos casos, puede ser adecuado un examen presencial en el que la atención en más directa, lo que es especialmente importante para alumnado con necesidades especiales. Por lo tanto, apostamos por coordinar desde el profesorado directamente con el alumnado la manera de evaluación. Además, nos unimos al alumnado que exige la dimisión del Rector por su gestión antidemocrática, poco transparente y errática en la gestión de la pandemia.