Al Comité de Salud y Seguridad de la Universidad de Sevilla celebrado el lunes 23 de Enero de 2017,
Propuestas para avanzar en la lucha contra acosos y abusos en la Universidad de Sevilla
La sentencia de condena a 7 años de cárcel al catedrático Santiago Romero Granados de la facultad de Ciencias de la Educación (CCEE) por tres casos de abusos sexuales y uno de daño psicológicos (nº 522/16, de 29 de diciembre, dictada por el Juzgado de lo Penal nº 2 de Sevilla) debe servirnos para impulsar la lucha contra los acosos y los abusos en nuestra Universidad.
Los casos de abusos a las tres valiente compañeras denunciantes en CCEE no son casos aislados. Hay más compañeros/as que fueron abusados laboralmente en el mismo departamento y muchos más casos, en general, en nuestra Universidad. Los casos que conocemos no son más que la punta del iceberg de los acosos y los abusos. Sin ir más lejos, están sobre la mesa los casos de las profesoras Encarnación Santamaría en la Facultad de Medicina e Inmaculada Rodríguez en el departamento de Pintura de la Facultad de Bellas Artes.
Frente a esta problema real tan grave para la institución, la sociedad y para muchas personas, lo que primero que debemos hacer es reconocer que existe este problema, visibilizarlo (y no esconderlo como se ha hecho hasta ahora) y marcar una política de Tolerancia Cero, basada en la prevención, la transparencia y apoyo total a las personas denunciantes. Tenemos que avanzar en el mismo camino que se viene avanzando en la lucha contra la violencia machista, que han pasado de ser un tema a tratar de puertas para dentro en las casas particulares, a estar presente su denuncia en los medios de comunicación, con recursos públicos al servicio de su erradicación y con la sociedad concienciándose cada vez más de su existencia y de que no debemos tolerarlo. Lo mismo hay que hacer con los abusos y los acosos en nuestra Universidad.
Las causas que están detrás de los acosos y los abusos en nuestra Universidad son varias, por lo que el análisis de las mismas debe ser holístico y complejo. Entre estas causas se encuentran el machismo imperante en nuestra sociedad a todos los niveles, la competencia brutal que el sistema propicia entre el personal (PAS y PDI) (y, a veces, también entre el alumnado), un sistema de gobernanza y poder tremendamente jerárquico, la débil cultura y práctica democrática en la Universidad de Sevilla (US), la falta de transparencia y atención adecuada por parte de algunos servicios de la Universidad, etc. Hay que actuar contra todos estos factores, aunque contra algunos de ellos más locales podemos hacer más que contra otros más generales.
Cabe destacar que la Universidad de Sevilla es la única universidad pública en el Estado español en la que el rector es elegido directamente por el Claustro Universitario, y no por sufragio universal ponderado. Esto conlleva la existencia de una red clientelar y de favores establecida hace lustros a nivel de centros y servicios, y que tiene su máxima expresión en el Claustro. Este sistema clientelar ha permitido que se haya producido una cadena de, al menos 5 rectores, que habían sido vicerrectores en los equipos de gobierno salientes, que se extiende ya durante más de 20 años (1992-2017). Una endogamia en la gobernanza que se sustenta en dicha red clientelar y en una falta de transparencia a muchos niveles de la gestión. El mantenimiento de esta red clientelar exige que los nodos claves de esta red en centros y departamento (que proporcionan votos claves en el Claustro) no se sientan amenazados en el desempeño de sus funciones, muchas veces de gestión. En este contexto, podría aplicarse el dicho de “si tocas a uno, los tocas a todos”, pues el disciplinar a una de estas personas claves para el mantenimiento del sistema mandaría un mensaje equivocado a las demás, “no sois intocables”, “no estáis totalmente protegidos”. Este sistema de clientelismo y este bajo nivel democrático en nuestra Universidad dificulta, sin duda, la lucha contra los abusos y acosos, especialmente si se producen desde alguno de los nodos claves en el sistema clientelar de gobernanza.
Más allá de los problemas generales y estructurales, que desde mi humilde opinión es urgente e importante resolver, nos centraremos ahora en aquellos problemas locales que pueden ser superados fácilmente, con voluntad política, en la lucha los acosos y los abusos en la Universidad de Sevilla. Para avanzar en una universidad libre de acosos y abusos exigimos:
1.- Reparación total a las tres compañeras denunciantes en CCEE para que puedan retomar con total garantía sus carreras académicas en nuestra Universidad o con el apoyo total de ésta. Reparar a estas tres compañeras es reparar a la Universidad de Sevilla.
A este respecto, en Noviembre de 2017 finaliza el plazo de la resolución rectoral que dividía al Departamento de Educación Física y el deporte donde se produjeron los abusos sexuales en dos secciones (A y B). Esta división debe ser extendida en el tiempo y orientada a que las dos secciones actuales en el mismo departamento se constituyan, a medio plazo, en dos departamento totalmente independientes.
2.- Expulsión definitiva del abusador de CCEE de la plantilla de PDI de la US y de su condición de funcionario.
El Rector debe reconocer públicamente que los anteriores rectores entre 2010 y 2016 y sus equipos de Gobierno se equivocaron y no actuaron con la debida diligencia y contundencia suspendiendo cautelarmente al abusador, fallando en los mecanismos de prevención primaria. El artículo. 24 del Rgto. Disciplinario de los funcionarios públicos permite la suspensión cautelar con independencia de lo que decida el juez, sin decidir sobre el fondo del asunto para tratar de evitar males mayores.
Durante los seis años de proceso, nuestras compañeras denunciantes han sumado al sufrimiento del acoso sufrido, la impotencia ante la tibieza y la tardanza de respuesta de su Facultad y también del Rectorado. El acosador fue felicitado en Consejo de Gobierno, al que pertenecía, al día siguiente de salir la noticia de la denuncia de abusos en la prensa.
3.- Cese inmediato del actual director del Departamento de Educación Física y el Deporte por no haber atendido adecuadamente a las 3 víctimas en CCEE, sino todo lo contrario.
4.- Un homenaje oficial a las tres valientes compañeras denunciantes de abusos en la facultad de CCEE y el establecimiento de un recordatorio permanente a la lucha contra los abusos en el patio de dicha facultad (ej. una escultura).
5.- Establecer una comisión independiente (donde no haya nadie del Equipo de Gobierno o nombrado por éste y que incluya a expertos/as en violencia de género, mobbing y victimología externos a la Universidad de Sevilla) para investigar qué falló en la puesta en marcha de las medidas cautelares y el apoyo a las víctimas de abusos en CCEE para:
5.1. Tomar las medidas de control interno y de lucha contra los acosos y abusos para que no vuelva a suceder algo así.
5.2. Depurar todas las responsabilidades de gestión y política académica. En esta investigación debería aclararse, entre otras cosas, cuáles fueron exactamente las actuaciones de los ex-Rectores D. Joaquín Luque Rodríguez y D. Antonio Ramírez de Arellano López, del actual Rector D. Miguel Ángel Castro Arroyo, de la profesora, ex-Vicerrectora de profesorado y actual Vicerrectora de Relaciones Institucionales Dña. Elena Cano Bazaga, de la profesora, ex-Vicedecana en CCEE y actual Vicerrectora de Ordenación Académica Dña. Cristina Yanes Cabrera, de D. Jaime Marañón López y D. Agustín Luque Fernández en el Servicio de Prevención de Riesgos laborales de la US (SEPRUS), y del personal del Servicio Jurídico de la US en todo este asunto. Además, deberá aclararse por qué la US no se personó como acusación en el juicio al catedrático condenado en CCEE.
A raíz de los resultado de esta investigación independiente debe actuarse por vía administrativa, tal y como deja abierta la sentencia de condena por abusos sexuales en CCEE antes referida, contra las personas responsables de apoyar y formar parte de una red de acoso y/o abusos en la Facultad de CCEE y en el Departamento de Educación Física y Deporte de esta Facultad donde se produjeron los abusos.
Esta investigación independiente debería aclarar por qué no se suspendió cautelarme al acosador como exigimos en reiteradas ocasiones las víctimas y la sección sindical del SAT en la US.
Esta investigación independiente debería realizar un análisis completo y riguroso. Por ejemplo, en la tabla de ‘actuaciones SEPRUS / Igualdad relacionada con la denuncia’ que se ha enviado a este Comité de salud y Seguridad a raíz de las denuncias de abusos en CCEE desde Junio de 2010 se ignoran (¿deliberadamente?) las acciones sindicales relacionadas, algunas comunicadas directamente por registro de la US.
6.- Una campaña de concienciación contra los acosos y los abusos (en Internet, con mostradores informativos itinerantes, carteles, dípticos, etc.) diseñada por especialistas en violencia machista, victimología, mobbing y abusos. En el marco de esta campaña. Debe visibilizarse un ‘mapa anti-acoso’ público en Internet que refleje los centros y servicios en los que se ha denunciado y se ha actuado contra acosos o abusos en la US. Hay que visibilizar el problema para acabar con él, no esconderlo. Hay que animar a las víctimas a que denuncien, así como a toda persona que pueda tener conocimiento de actitudes acosadoras o abusivas.
En este sentido, reiteramos lo que aportamos cuando se discutió la Estrategia de Salud y Seguridad de la US en este Comité de Salud y Seguridad en la primavera de 2016: “la Estrategia debería incluir el desarrollo de una campaña pública de fair play y contra el acoso laboral en nuestra Universidad. La universidad es jerárquica y competitiva, pero eso no implica que su funcionamiento no pueda ser limpio, justo, cordial y transparente. Esta campaña debería facilitar que alguien pueda identificar si está siendo acosada y se le anime a denunciar, pública o privadamente, habilitando para ello los canales necesarios”. También debe de facilitar que ante la detección de mecanismos de discriminación y/o abuso, sean los propios responsables de departamentos, servicios y facultades quiénes se pongan en contacto con el SEPRUS para actuar de manera preventiva, garantizando el fair play o juego justo dentro de la universidad. Y “También debería contemplarse la puesta en marcha de un mapa contra el acoso laboral en la Universidad de Sevilla que marque en los diferentes centros de la US las denuncias y los casos de acoso con puntos rojos, manteniendo siempre la confidencialidad de las personas afectadas, pero que permita visibilizar la gravedad del problema”. “Además, también se hace necesario contemplar la puesta en marcha de un teléfono y un email que garanticen la confidencialidad y donde puedan denunciarse falta de información, preferencias, falta de transparencia, favoritismo, etc.”
7.- Realizar un análisis detallado de los procesos administrativos en la US en los que falta transparencia (ej. procesos de concesión de ayudas públicas a la docencia y la investigación), con el objetivo de impulsarla definitivamente.
8.- Puesta en marcha de un Plan de Protección, Reparación y Reconocimiento a las Víctimas de Acosos y Abusos en nuestra Universidad, como parte de un Sistema de Gestión de la Prevención Primaria de los Riesgos Psicosociales.
9.- Establecer una Protocolo de Atención a denuncias a abusos y acosos en el SEPRUS, como parte de un Sistema de Gestión de la Prevención Primaria de los Riesgos Psicosociales. Este protocolo debe evitar las amenazas/avisos a las personas denunciantes de poder ser denunciadas por injurias por terceras personas, así como evitar el poner en duda de inicio el testimonio de la persona denunciante. Además, la atención a las personas denunciantes debe llevarse a cabo desde el primer momento por parte de personal especializado en violencia machista, mobbing y victimología y, además, del todo independiente del Equipo de Gobierno de la US.
Ya en Julio y Noviembre de 2013 y por dos veces, denunciamos públicamente desde nuestra sección sindical que no se atiende adecuadamente a las personas que acuden al SEPRUS a denunciar acosos o abusos.
Este Sistema de Detección Temprana de Riesgos para la Salud debería aplicarse también en otros casos, como la lucha contra los riesgos químicos.
10.- Establecer un mecanismo de detección temprana de riesgos psicosociales, abusos y acosos en la US, como parte de un Sistema de Gestión de la Prevención Primaria de los Riesgos Psicosociales. Este sistema de alerta temprana debe estar diseñado para que se dispare un aviso automático cuando se produzcan más de dos denuncias en el mismo servicio/departamento. A raíz de este aviso debería realizarse un estudio detallado de riesgos psicosociales y, si fuera necesario, tomar las medidas oportunas para mejorar el ambiente laboral.
La US y su SEPRUS debe actuar por oficio cuando conozca la existencia o la denuncia pública de algún caso de acosos o abusos, sin esperar a la denuncia de las víctimas. Por ejemplo, en el caso de la denuncia de abusos de una de las tres compañeras de CCEE en Junio de 2016 ante la Vicerrectora de profesorado y el SEPRUS, desde éste se informa en Diciembre de 2010, por D. Jaime Marañón López, que “al tratarse de una cuestión altamente sensible, no se puede iniciar nada si ninguna de las afectadas pone un escrito y si es posible que aporten evidencias”, sin actuarse desde el SEPRUS hasta Diciembre de 2011 por petición del servicio Jurídico y hasta Marzo de 2011 por petición del Rector. Precisamente ante “situaciones altamente sensibles”, para las víctimas, claro, debe actuarse con diligencia y prontitud.
11.- Acabar con el traslado de las personas denunciantes de servicio/departamento como modus operandis habitual en nuestra Universidad frente a las denuncias de acosos y abusos, en vez de ir a la raíz del problema.
12.- Mejorar la dotación, la actuación y la formación del personal en el Servicio Jurídico de la US, en el cual debe de haber especialistas independientes (del Equipo de Gobierno de la US, y no nombrados por éste) en violencia machista, mobbing y victimología. Además, debe aumentarse el personal de este servicio que actualmente se encuentra saturado y no responde adecuadamente a las necesidades de la comunidad universitaria. Este servicio debe contar, a su vez, con un Protocolo de Atención adecuado a denunciantes de abusos y acosos.
Ni el Servicio Jurídico, ni el SEPRUS, pueden actuar como “cortafuegos” según a qué denuncias de acosos o abusos. Por el contrario, deben ser la mecha que haga arder el fuego que acabe con estas injusticias hechas cenizas. Para esto hay que atender con sensibilidad y profesionalidad a las personas denunciantes, animándolas a declarar hasta el final a la vez que se le ofrece lealtad, protección, actuación sin ambages y confidencia. Esto no ha sucedido hasta el momento en varios casos de los que tengo conocimiento directo.
13.- Reforzar el servicio de apoyo psicológico de la US con personal especialista en en violencia machista, mobbing y victimología.
14.- Realizar un Estudio General de Riesgos Psicosociales en la US por parte de especialistas independientes. Esta evaluación inicial del estado actual de riesgos psicosociales generaría un mapa de riesgos al que se pueda asociar un conjunto de alertas provenientes de reclamaciones que llegan a los diferentes Órganos de Gobierno de la US, y en particular, al Vicerrectorado de Profesorado, Servicios Jurídicos, Defensoría Universitaria, etc. Este mapa constituirá un instrumento para la gestión de riesgos psicosociales bajo los criterios de prevención primaria (proactiva) frente a la prevención secundaria y terciaria (reactiva), detectando los riesgos psicosociales en sus fases tempranas.
15.- Poner en marcha un Plan de Formación contra los acosos y abusos en la US impartido por personal experto e independiente y destinado a PAS, PDI y alumnado, el cual sea obligatorio para, al menos, una persona por servicio/departamento y equipo de gobierno (de centros y rectorado) de nuestra Universidad. En este Plan deberían contemplarse sesiones de trabajo conjunto y empoderamiento de víctimas y denunciantes de abusos y abusos, las cuales podrían, también, participar como apoyo al profesorado de los cursos.
16.- Mejorar el actual “protocolo anti-acoso” de la US. Reiteremos las propuestas que hicimos en Diciembre de 2013 cuando se debatió este protocolo en el Comité de salud y Seguridad:
16.1.- El Protocolo debe incluir posibles sanciones de la US a los acosadores/ abusadores.
16.2.- El Protocolo debe contemplar explícitamente la lucha contra la discriminación por orientación sexual.
16.3.- El Protocolo debe contemplar la atención y protección temprana a la persona denunciante al inicio del procedimiento.
16.4.- El Protocolo debe garantizar la transparencia, siempre salvaguardando la identidad de las personas afectadas y la información de carácter personal.
16.5.- En el protocolo no deben intervenir personas delegadas del Rector. Todas las personas que intervengan deben ser totalmente independientes del Equipo de Gobierno.
16.6.- Debe informarse de oficio a todos los delegados de prevención del inicio de los procedimientos para que puedan ofrecerse a ayudar y orientar a las personas que acudan al Protocolo. De esta manera todos los delegados de prevención conocerían el inicio de todos los casos y, guardando el sigilo correspondiente, podrán ofrecerse a la persona denunciante que contaría así con diferentes puntos de vista y experiencias desde un inicio.
16.7.- la fase de tramitación del procedimiento nunca debería extenderse más de 20 días hábiles, para evitar sufrimiento a la persona denunciante.
16.8.- Cando se estime que un hecho sea constitutivo de delito y se remita el expediente a los juzgados, la US se debe personar como acusación.
16.9.- Exigir una formación mínima especializada para los miembros del Comité Técnico para la Evaluación, Intervención y Prevención en situaciones de acoso (CPEIAC).
16.10.- la Dirección del SEPRUS no debe estar en el Comité Técnico para la Evaluación, Intervención y Prevención en situaciones de acoso (CPEIAC) para garantizar su independencia de cargos políticos.
16.11.- Los y las integrantes del CPEIAC no pueden ser nombrados por el Equipo de Gobierno, para garantizar su independencia de cargos políticos.
16.12.- Añadir a los comportamientos que integran los acosos y abusos: la observación clandestina de personas en lugares reservados, como los servicios o vestuarios y la exclusión de forma reiterada de participar en la organización del trabajo y en colaborar en el mismo.
16.13.- El Protocolo debe garantizar la información a los y las delegadas de prevención en el Comité de Salud y Seguridad de todas y cada una de las medidas desarrolladas en la lucha contra el acoso en la US.
Llevar a cabo estas medidas es cuestión de voluntad política en la gestión universitaria. Modestamente creo que todo lo que se aleje de esta orientación general y de la espalda a estas medidas serán parches parciales que seguirán permitiendo, cuando no auspiciando, que los acosos y abusos continúen siendo un problema grave en la Universidad de Sevilla.