El personal contratado por Capítulo VI desarrollo funciones docentes e investigadoras hundido en la precariedad
La investigación es una prioridad de la Universidad de Sevilla. Esta frase la suscribiría el mismísimo Rector de nuestra Universidad. Sin embargo, lo que el Rector esconde detrás de palabras vacías sobre “excelencia”, “internacionalización” y “rankings” es una precariedad laboral galopante que afecta de lleno a cientos de personal docente e investigador (PDI) contratado a cargo de proyectos de investigación y agrupado en el cajón desastre de la precariedad llamado “Capítulo VI”. Cientos de PDI que llevan lustros trabajando en nuestra Universidad sin estabilidad laboral, con salarios indignos y realizando labores tanto de docencia, administrativas como de investigación no reconocidas. Cientos de personas con contratos precarios que en su día a día en laboratorios y despachos levantan la investigación de nuestra Universidad. Aquí traemos el testimonio de una compañera que se encuentra en esta situación:
“A los jóvenes hay que enseñarles a investigar. Ese es en parte mi trabajo. Pero no me dedico solo a eso. También hago pedidos y estoy pendiente de que todos los investigadores del laboratorio tengan todo el material que necesitan lo más a mano posible. Y sí, yo también investigo.
Con todo esto, sin embargo, soy invisible. Estoy contratada por obra o servicio. Es decir, tengo un contrato de carácter temporal. No puedo evitar preguntarme, ¿qué parte de mi trabajo es temporal? Cada curso llegan al laboratorio, al menos, dos estudiantes de fin de grado y otros dos de fin de máster. ¿Quién les enseñará cuando a mí se me acabe el contrato? La necesidad de tener el laboratorio organizado y surtido de material es igualmente difícil verla como temporal. Y, finalmente, si la investigación es temporal entonces ya ni sé de qué estamos hablando. Y llevo contratado más de 10 años haciendo las mismas labores…
Creo que urge que la Universidad reconozca mi trabajo y el de tantos otros en situaciones parecidas. Tratarnos como material desechable no solo es insultante, sino que va en contra de los propios intereses declarados por la Universidad de mejorar la calidad de la investigación”.
Afortunadamente, el PDI contratado por el Capítulo VI ha comenzado a autoorganizarse en una asamblea de base para exigir sus derechos. Además, contamos con sentencias que nos dan la razón respecto a contratos en fraude de ley que se realizan en nuestra Universidad en el Capítulo VI a personas que deberían ser fijas en plantilla en el Capítulo 1, por lo que animamos a estos compañeros y compañeras a demandar a nuestra Universidad en pro de la dignificación de sus condiciones laborales. Acabemos con la invisibilidad de la precariedad.
En este contexto, desde el PDI del SAT-US exigimos que el Rector reconozca la existencia de una precariedad alarmante en el Capítulo VI, la existencia de “Las Invisibles”, analice la situación de este colectivo y ponga las medidas, ajustadas a un derecho (que actualmente no se cumple) para dar estabilidad y salarios dignos al PDI del Capítulo VI.
¡Por una Universidad Pública sin precariedad laboral!