Transferencia del conocimiento ¿para quién?
El PDI de todas las universidades ha visto como este año se ha anunciado a bombo y platillo un nuevo tipo de complemento de productividad en forma de sexenio de transferencia. Este nuevo sexenio vendría a reconocer las actividades de transferencia del conocimiento a la sociedad desarrolladas por el personal docente e investigador de las universidades públicas.
Siempre hemos defendido que todo el trabajo oculto que desarrolla el PDI debe ser reconocido y, por lo tanto, nos parece bien que se reconozca – también- el trabajo de transferencia del conocimiento que hace el PDI. Pero lo hacemos desde una postura muy crítica con el modelo actual.
El PDI tiene como tareas fundamentales la Docencia y la Investigación y, por lo tanto, entendemos que la posible transferencia del conocimiento debe ser una tarea que debe estar subordinada a estas dos anteriores y que – en todo caso- debe estar regulada y enmarcada en casos concretos. Si no, es muy fácil confundir transferencia de conocimiento con apertura sin control a todo tipo de empresas privadas (como las de desarrollo de armamento) dentro de las universidades públicas. Los intereses empresariales no siempre coinciden con los de la mayoría de la sociedad, sino todo lo contrario En muchas ocasiones, la supuesta transferencia del conocimiento se convierte en una simple competencia desleal (dumping empresarial) que, además de pervertir el trabajo del PDI en las universidades públicas, produce una dinámica con el tejido productivo local a todas luces perjudicial.
Y tenemos muchas dudas de que el sexenio de transferencia que se nos ha presentado vaya en la dirección de transferir el conocimiento a la sociedad en su amplio espectro, y no solo o principalmente a empresas privadas, puesto que la CRUE ha hecho público un documento que firmado, nada más y nada menos, que por el ¡Banco Santander! Un banco que lidera los impulsos de privatización de la Universidad Pública.
Creemos que la transferencia del conocimiento, extensión universitaria y cooperación de las universidades públicas con la sociedad en su amplio espectro no debe ser diseñada, ni tutelada, por empresas privadas ni bancos. Porque la universidad pública debe estar al servicio de la mayoría social.
¡Por una Universidad Pública libre de mercantilismos y tutelajes de Bancos!