NOS HA ROBADO NUESTRA UNIVERSIDAD, SEÑOR MINISTRO.
Mi padre no pudo ir a la escuela, Sr. Wert, y no tuvo más pensamiento que mandarnos a sus hijos a la Universidad… Nunca en su presencia pudimos quejarnos lo mas mínimo de algo o de alguien universitario, para él la Universidad era lo más que podía dejarnos de herencia, y así lo hizo poniendo todo su esfuerzo para conseguirlo.
Hace treinta años, acabada la carrera, y con un poco de paro añadido, entré de maestro de laboratorio en la escuela de peritos de la Universidad de Sevilla, la Politécnica actual, no solo los hijos del pueblo podíamos estudiar, sino que además… ¡podíamos ser profesores! Mi padre soñaba despierto, y yo no quise olvidar de donde venía, y por ello nuestros laboratorios estuvieron y están abiertos cada día para los alumnos, considerando alumno a todo el que pasaba por la puerta con ganas de aprender/enseñar dando los buenos días.
Entre todos montamos el grupo TAR, RNM 159, del Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación, un pequeño grupo investigador que fue buscando su esencia en los problemas de agua de las pequeñas poblaciones, hasta llegar a las economías mínimas, para muchos sin mérito alguno, más bien una ONG y casi salimos de los templos de la ciencia. Ahora que nuestro país está en crisis nuestro trabajo parece necesario aquí también.
Hemos formado técnicos que trabajan en muchas empresas de agua y ambientales, hemos reciclado a los que perdían el empleo, hemos trabajado en una universidad del pueblo, que mandaba con sacrificios a sus hijos a nuestras aulas, hemos peleado por una mayor apertura, por una información libre y accesible para todos. Estábamos en batalla por hacerla todavía más de la gente, y en esto llego su reforma Sr. Ministro…
Poco a poco irán saliendo de la universidad nuestros hijos, solo vendrán los que lo merezcan, merecer para ustedes es pagar. El caso es que como en el AVE pagamos entre todos las infraestructuras, pero el billete de acceso solo está al alcance a partir de un cierto nivel económico. Todos financiaremos la Universidad para que solo unos pocos puedan disfrutarla…
Olvidaremos a los que estudiaban por libre, cuando Franco, los trabajadores que estudiaban y trabajaban a la vez, se podían pagar los estudios y examinarse por libre. Ahora con tutorías 24 horas, y tasas “reales” no podrán acceder, ni, mucho menos, hacer las asignaturas despacito, de suspender un poco más de lo normal, porque los costes de las asignaturas se les harán prohibitivos y la estructura de los estudios imposible.
Cuando nos pongamos en la pizarra los próximos años veremos entre los alumnos a solo a una parte de los jóvenes españoles, Sr. Ministro, nos faltarán los nuestros, muchos de los hijos de padre, o abuelo, que no fue a la escuela y/o que no tienen un mínimo de economía, y aún así tendremos que seguir la función, como el payaso que tiene que hacer reír el día que falta su madre, porque tenemos hijos que alimentar, pero ya nada será igual… porque:
NOS HA TIMADO, SR. MINISTRO, SE HA LLEVADO LO NUESTRO.
Cuando volvamos a los laboratorios, ya no tendremos a los profesores contratados trabajando con nosotros, experiencia de los mayores fuerza de los jóvenes, sus contratos no habrán sido renovados (pero no serán despedidos…) con su timo ahorrador. Quedando solo los viejos profesores, el tiempo sonará a campanas de muerto en este cementerio a plazo fijo en el que su reforma convierte la Universidad, Sr. Ministro.
¿DE QUÉ SE RIE SR. MINISTRO? ¿De qué se ríe cuando nos dice que no estamos en el ranking de las cien mejores universidades, en que ranking mide usted? En España hay casi ochenta universidades públicas, las mejores que nunca hubo nunca en cada provincia, pregúntele usted a mi padre cuántas universidades había en España cuando él no iba a la escuela, dígale usted a alguien de Huelva cuál es la mejor Universidad de Huelva, dígaselo a los que con tanto mimo la cuidan y la hacen posible.
Dígale a la cara, si puede, cuál de todas ellas sobra, y no en un decreto ley autista y alejado de su pueblo que también le paga a usted, para cuestionarlo todo y mejorar lo mejorable (buena falta que nos hace mejorar), pero no para expropiarnos nuestra Universidad y dejarnos un sucedáneo.
¿DE QUÉ SE RIE SR. MINISTRO? Cuando dice que no tenemos sexenios investigadores (sexenios de evaluación voluntaria para algunos de los profesores, que ni siquiera todos pueden hacerlo). ¿Cuál de todos los informes de fundaciones sin ánimo de lucro que le ponen en la mesa para justificar el decreto que le escriben, le engaña objetivamente en el diagnóstico de la situación?
La investigación se evalúa de muchas maneras, pero la evaluación de los sexenios se dirige a la tecnología de punta en los rankings que nos reclama, pero para los problemas de la gente de nuestro barrio, otros son los rankings. Es obvio que la investigación se transfiere de muchas maneras diferentes, y los sexenios solo miden lo que miden, las publicaciones en las revistas de impacto, que siendo importantes no son la única realidad que hay en el mundo, usted sabiéndolo, como lo sabe, no puede ser inocente. O es que el español que inventa la fregona, y el chupa chups, al no publicar en Scientific Citacion Index no tiene valor para su pueblo y hace competitiva a sus empresas. Los ranking científicos, son solo eso, pero hay más realidades que atender por nuestra universidad.
¡No nos engañe con la ciencia, Sr. Ministro, que se nos acaba la paciencia!
De que se ríe Sr. Ministro, cuando deja nuestra Universidad a la altura de los caballos, sin un solo dato objetivo que acompañe el discurso que oculta las referencias de la realidad diaria de una universidad española y no parece importarle la defensa del trabajo de tantos, del esfuerzo de todos los ciudadanos de este país. Sr. Ministro le dejo con un poema de Mario Benedetti, que canta Quintín Cabrera:
Seré curioso.
En una exacta
foto del diario,
señor ministro
del imposible,
vi en pleno gozo
y en plena euforia
y en plena risa
su rostro simple.
Seré curioso
señor ministro,
de qué se ríe,
de qué se ríe.
De su ventana
se ve la playa,
pero se ignoran
los cantegriles.
Tienen sus hijos
ojos de mando,
pero otros tienen
mirada triste.
Aquí en la calle
suceden cosas
que ni siquiera
pueden decirse.
Los estudiantes
y los obreros
ponen los puntos
sobre las íes.
Por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe
Usté conoce
mejor que nadie
la ley amarga
de estos países.
Ustedes duros
con nuestra gente,
por qué con otros
son tan serviles.
Cómo traicionan
el patrimonio
mientras el gringo
nos cobra el triple.
Cómo traicionan
usté y los otros
los adulones
y los seniles.
Por eso digo
señor ministro,
de qué se ríe,
de qué se ríe.
Aquí en la calle
sus guardias matan
y los que mueren
son gente humilde,
y los que quedan
llorando de rabia,
seguro piensan
en el desquite.
Allá en la celda
sus hombres hacen
sufrir al hombre
y eso no sirve.
Después de todo,
usté es el palo
mayor de un barco
que se va a pique.
Seré curioso
señor ministro,
de qué se ríe,
de qué se ríe.
Cuando usted sea juguete roto, Roma no paga traidores, y vuelva a ser el Sr. Wert, muchos de nosotros seguiremos trabajando por la universidad del pueblo que la trabaja, la financia, la mima, y la sueña para sus hijos.
Si caemos, más y mejores vienen detrás, ¡que siga la marcha! (dijo a su tropa Serafín Sánchez, héroe de la independencia cubana al ser alcanzado de muerte por balas españolas).
Julián Lebrato Martínez, Profesor de la Universidad de Sevilla. Escuela Politécnica Superior.