Sin duda, tal y como dice el Equipo de Gobierno de nuestra Universidad en un escrito reciente (email del viernes 10 de Octubre a la plantilla): “La evaluación del profesorado es un aspecto fundamental en la mejora de la calidad docente en nuestra Universidad”. Por esta importancia, el proceso de evaluación de la docencia debe estar diseñado con garantías de calidad, con unos objetivos claros de mejora de la actividad docente y en el seno de una estrategia inteligente para alcanzarlos. Sin embargo, el sistema de evaluación de la docencia que tenemos viene impuesto por el Rector, ya que fue rechazado por todos los sindicatos en la Comisión de Garantía del Marco Andaluz de Evaluación de la Docencia de la Universidad de Sevilla, al no ajustarse al Acuerdo Marco Andaluz de Evaluación de la Docencia. Las encuestas que se pasan al alumnado carecen de validez y fiabilidad científica. Además, el método de recogida de información no está diseñado a priori de forma científica (por ejemplo, varios ítems de la encuesta no miden realmente la calidad docente y la encuesta no cuenta con ficha estadística descriptiva). Además, esta medida se pone en marcha sin consultar a la plantilla, ni a su representación sindical, desde un cargo del Equipo de Gobierno que, precisamente, fue presidente del Comité de Empresa por parte de CCOO.
Desde el SAT-US apostamos por una evaluación de la docencia formativa, y no punitiva como la actual (que puede repercutir negativamente en el salario y la promoción), y diseñada desde un enfoque científico y multidisciplinar que motive y ayude al profesorado a mejorar en su labor docente.
Dice el equipo de Gobierno que “el profesorado es el primer interesado en que su docencia sea evaluada, no sólo por las posibilidades de mejora que se pueden conseguir gracias a la evaluación, sino también por su necesaria certificación a efectos de acreditación por las agencias de evaluación”, y a continuación propone que seamos el profesorado quien llevemos la encuesta a clase en un “modelo de recogida de encuestas, que denominamos de autogestión”. Sin embargo, el Equipo de Gobierno es consciente de que no pueden obligarnos a pasar las encuestas ya que se trata de una labor al margen de las tareas del PDI.
Desde el SAT-US llamamos a toda la plantilla del PDI al boicot como protesta ante esta forma tan injusta de evaluar nuestra actividad docente: no intervenimos en la encuesta al alumnado. Es una burla que se cargue al PDI con esta tarea cuando viene denunciando las deficiencias en la encuesta de forma reiterada. Esta llamada al boicot tiene como objetivo denunciar el diseño deficiente del método de evaluación de la docencia y su implementación. El Equipo de Gobierno es el responsable de evaluar la docencia, de pasar la encuesta al alumnado, y de emitir el certificado de docencia. El profesorado que se niegue a pasar la encuesta (una actividad que no le corresponde) debe ser evaluado igualmente, y debe emitirse su certificado de docencia correspondiente. Si esto no fuera así se nos estaría sometiendo a un chantaje encubierto.
Una encuesta bien diseñada, no la actual, debería ser pasada al estudiantado por personal específico y competente en condiciones laborales dignas, especialmente ahora que tanto necesitamos impulsar la creación de empleo. Y entre tanto, exigimos que se tomen medidas para evitar que esta falta de diligencia por parte del equipo de Gobierno afecte a la promoción del PDI. Además, desde el SAT-US y con el objetivo de ir mejorando curso a curso, animamos al profesorado a preguntar, por cuenta propia, a su alumnado la opinión sobre la docencia impartida, tal y como hacen actualmente bastantes docentes.
Por si esto fuera poco, parece que este curso se pondrán en marcha los informes de las direcciones de centro y departamento sobre la labor docente de cada PDI, pero no el autoinforme del profesor/a, de manera que no podremos opinar sobre lo que otra gente diga respecto a nuestra labor docente.
Sí a la evaluación de la docencia, pero constructiva, bien diseñada y sin tomaduras de pelo