Reconozcamos los “créditos ocultos” para acabar con la explotación encubierta del PDI
Desde el SAT-US denunciamos la ocultación de parte del trabajo docente del PDI, al mismo tiempo que se consolida un modelo de valoración de la investigación que incentiva nuestra “autoexplotación” a través de la normativa sobre dedicación académica del profesorado para el curso 2014-2015. La implantación del ‘Plan Bolonia’ en un contexto de recortes de la financiación pública se está traduciendo en crecientes cargas de trabajo no reconocido en docencia, investigación y gestión. Son los “créditos ocultos”. Si bien, la normativa en preparación avanza al reconocer la multiplicidad de tareas aportando un listado amplio (que no completo) de tareas realizadas por el PDI, no avanza en un reconocimiento efectivo de dichas tareas que permita un reparto equitativo y justo del trabajo.
El reconocimiento del trabajo docente se ha limitado, hasta ahora, a horas de clases presenciales, y un reconocimiento exiguo de trabajos fin de Grado y Máster y dirección de tesis doctorales, que se traducen en créditos que se consignan en los POD y el PAP. Esta práctica oculta la desigual distribución del trabajo docente vinculado al tamaño de los grupos, la preparación de los materiales docentes, o a las ahora obligatorias evaluaciones continuas. Tampoco se computan en horas tareas tales como coordinar asignaturas, diseñar programas, corregir exámenes, realizar cursos de formación docentes… por citar algunas de las múltiples tareas docentes que realizamos. 24 créditos no son 240 horas de trabajo anuales sino en torno a 960 horas1 a las que hay que sumar las horas de las tareas invisibilizadas, los créditos ocultos. Tampoco se aclara el reconocimiento del trabajo de investigación y de gestión, haciendo todavía más injusto el sistema.
El reconocimiento de créditos que propone el Equipo de Gobierno para las tareas docentes fuera del aula es irreal, oculta el trabajo del PDI, degrada la calidad de la docencia y es un mecanismo burdo de explotación. ¿Se puede realmente dirigir un Proyecto Fin de Grado dedicando 5 horas por alumno/a? ¿8 horas anuales para un Proyecto Fin de Master? ¿Tutelar unas prácticas Externas o tutorizar un/a alumno/a de doctorado con una hora al año? ¿Dirigir una tesis doctoral dedicando 15 horas anuales? El resultado es que se está timando al alumnado que paga unas tasas crecientes por una formación universitaria degradada y se impone la autoexplotación del PDI en nombre de su profesionalidad.
La lógica es especialmente perversa si tenemos en cuenta que el Rector vincula las contrataciones a las “necesidades docentes” definidas de forma restrictiva según las horas presenciales en aula y no según las horas totales de trabajo realizado por el PDI. La distribución del presupuesto entre los departamentos también se vincula exclusivamente al “encargo docente”. De esta forma el Equipo de Gobierno tiene una perversa arma de chantaje contra el PDI amenazando con el despido por falta de “carga docente”. A la vez está bloqueada la contratación en los departamentos donde la carga docente reconocida no llega hasta 32 créditos2, normalizando situaciones de explotación del PDI y de inviabilidad de la carrera docente.
La perversión se culmina con el sistema de méritos de investigación (sexenios, acreditaciones, publicaciones JCR, proyectos de investigación…) que son los que permiten la promoción y el mantenimiento de los puestos de trabajo. La irracionalidad y la autoexplotación están servidas. Para mantener el puesto de trabajo como PDI se obliga a asumir una elevada dedicación docente, en parte oculta, que justifica la contratación y la financiación y, a la vez, se estimula la explotación laboral, sin que nadie contabilice las innumerables horas extras no remuneradas para obtener los méritos de investigación exigidos.
El SAT reclama que se cumpla el límite legal de 24 créditos docentes para todo el PDI y unas normas de dedicación académica que reconozcan todos los créditos ocultos como créditos docentes, además de los trabajos de investigación y gestión, respetando la jornada laboral y evitando las actuales situaciones de autoexploración.
1 Podemos estimar que 1 crédito docente implica al menos 40 horas de trabajo si consideramos 10 horas presenciales, al menos 10 horas de preparación/estudio, 10 horas de corrección y revisión (que varía según el tamaño de los grupos) y 10 horas de gestión. 960 horas de trabajo docente relacionado con la docencia presencial equivalen al 58% de las 1.657 horas anuales de trabajo según normativa. Por tanto, el restante 42% de la jornada laboral anual se tendría que repartir entre los “créditos ocultos”, las tareas de gestión y la investigación.
2 32 créditos, 320 horas en el aula, implican al menos 1.280 horas anuales, es decir, el 77% de las jornadas laboral anual, quedando 377 horas, 10 semanas al año, para los créditos ocultos, la gestión y ¿la investigación?