Rompamos el discurso de la austeridad y la privatización
Tanto desde el Gobierno Central como desde el Gobierno Andaluz bipartito, como también desde el Equipo de Gobierno de la US, se asume que la Universidad debe apretarse el cinturón. Es decir, se justifican la austeridad y los recortes como medidas de ahorro en el camino de salida de la crisis. Y no solo se justifican ideológicamente los recortes, sino que se aprueban y se ponen en marcha uno tras otro. A parte de la comunidad universitaria le está convenciendo este discurso de austeridad, cuando, como veremos, se trata de una austeridad destructiva de la Universidad Pública que solo favorece a las universidades privadas.
Desde el SAT-US nos oponemos a las medidas de austeridad neoliberal en todos los servicios públicos, aunque en este escrito nos centramos en la Universidad. Según un estudio del profesor de Econometría Antonio Clavero de la Universidad de Málaga, la actividad universitaria mantiene 114.000 empleos en Andalucía, inyectando 11.500 millones € al PIB y proporcionando 6.000 millones € en valor añadido. Es decir, cada euro invertido en Universidad Pública se multiplica por seis y cada puesto de trabajo en la Universidad Pública genera 4 puestos de trabajo en el entorno. Y esto teniendo solo en cuenta el impacto indirecto e inducido desde la Universidad, sin valorar la contribución de la formación universitaria al tejido productivo. Estas cifras muestran claramente que el dinero que va a Universidad Pública es una inversión muy beneficiosa socialmente y no, como dicen algunos, un “gasto”.
En vista de lo expuesto anteriormente, defender la austeridad y los recortes en la Universidad Pública como salida a la crisis es una estrategia errónea, cuando no mal intencionada. Si reducen la inversión en Universidad Pública reducen la generación de riqueza. Es más, ahora más que nunca es necesaria una diversificación del tejido productivo y en esta labor la Universidad Pública tiene un papel central desde la investigación y la docencia.
En el fondo, lo que se esconde detrás de la austeridad es afán privatizador de la Universidad Pública para convertirla en negocio para unos pocos, para concentrar la enorme riqueza que producen los estudios universitarios en unas pocas manos. Con el objetivo de que florezcan las universidades privadas se ha congelado la promoción y se ha recortado el salario del personal universitario, se han subido las tasas de ingreso, se ha recortado brutalmente en investigación, etc. Machacar a la Universidad Pública es la única manera de hacer que las universidades privadas sean competitivas. Y todo esto, priorizando el pago de una deuda pública ilegítima a todos los servicios públicos, tras la modificación de la Constitución por el PSOE y el PP en agosto de 2011.
Mientras que nos dicen que sobran universidades, el próximo año se van a abrir carreras en la nueva Universidad Loyola Andalucía con sedes en Sevilla y Córdoba. No sobran universidades ni facultades públicas, sino que las universidades privadas y los gobiernos central, autonómico y de la US están siendo cómplices, por acción u omisión, de ese trasvase de gestión de lo público a lo privado que perjudica a la mayoría y beneficia solo a unos pocos.
Desde el SAT-US defendemos con todas nuestras fuerzas a la Universidad Pública y a los derechos de quienes trabajamos y estudiamos en ella, pero esto no quiere decir que seamos complacientes con su situación actual. Tenemos que mejorar muchas cosas en nuestra universidad, desde hacerla mucho más democrática y transparente hasta ponerla al servicio de las necesidades de la gente trabajadora y más desfavorecida. Con este horizonte de revolución universitaria, paremos la austeridad de los recortes y vayamos mucho más allá.