
En estos días se ha aprobado el informe de gobierno del Rector de la Universidad de Sevilla del año 2014. Ha obtenido el apoyo de 148 claustrales (el 55,02% del claustro actual) y el voto en contra de 41 (el 15,24%), más 14 votos en blanco y 66 abstenciones. El sistema elegido por la mesa del Claustro es el siguiente: el lunes 10 de noviembre el Rector ofreció su informe al plenario del Claustro, que tuvo por momentos una escasísima presencia, pero la votación se difirió al miércoles 12 de 10 a 18 h, pudiéndose votar por anticipado el lunes y el martes. A pesar de esto ha habido casi un 25% de abstención.
Esta opción de votar el informe “en diferido” nos resulta un tanto chocante. El Claustro es algo así como el Parlamento de la Universidad. Las mociones deben votarse en los plenarios, no en una urna expuesta durante 8 horas. Lo contrario supone aumentar el desprestigio de la institución y ofrecer la imagen de que es inútil. Además, según el Reglamento del Claustro, el Informe del Rector no está entre los asuntos que pueden ser votados en fecha distinta. Lo que se presenta como una forma de incentivar la participación obtiene justo el efecto contrario: por un lado, los claustrales pueden votar el informe sin asistir a la exposición del Rector y, sobre todo, “ahorrarse” el debate público y democrático sobre su contenido. Por otro lado, ni teniendo tres días para votar se consigue una participación aceptable.
A esto se une el hecho de que desde que se constituyó este Claustro, hace ahora 2 años, había 32 vacantes sin cubrir, casi todas de alumnado y alguna del sector B. Es preocupante que no se convoquen elecciones para cubrir estas vacantes, que tal y como indica en el Reglamento de funcionamiento del Claustro, debe hacerse “tan pronto como las circunstancias lo permitan” (art.6.2), y que llevan más de un año demorándose. Nos preguntamos si con el Claustro actualizado habría obtenido el informe del Rector el apoyo de la mayoría absoluta de los claustrales y, en cualquier caso, exigimos la inmediata apertura del proceso para cubrir las citadas vacantes.
A estas cuestiones se unen otros hechos sintomáticos que preocupan al PDI de la sección sindical del SAT en la Universidad de Sevilla:
• Por primera vez desde 1978, este Rector ha sido el único candidato en las elecciones en las que resultó elegido. Desde luego no podemos culparle a él, que sí se presentó, pero no es un buen dato.
• Desde el Rector Pérez Royo, todos los siguientes rectores han sido vicerrector en el equipo de gobierno anterior. No negamos que pueda haber buenos candidatos en el equipo de gobierno pero... ¿sólo ahí? ¿No será que todos los rectores han salido hasta ahora del mismo grupo, con una sucesión ordenada, casi monárquica?
• El silencio no es una opción democrática. Nos referimos con esto a la petición que aún no ha sido contestada, de 124 claustrales hace 2 años y medio de reformar el sistema de elección del Rector para que, al igual que en el resto de universidades públicas, sea elegido por sufragio universal directo; cabe recordar que nuestro Rector es el único de las universidades públicas que no ha sido elegido directamente por la comunidad universitaria. Además, también nos referimos a la última petición de la Junta de PDI de una mesa de negociación que, 6 meses después, aún no ha obtenido respuesta. ¿A qué esperan?
Entendemos que todos, individual y colectivamente, tenemos nuestra cuota de responsabilidad ante esta situación. Pero no compartimos la total ausencia de autocrítica del Rector y su Equipo de Gobierno ante estos hechos cuando, por ejemplo, se limita a recalcar que el informe anual ha sido aprobado por el 73% de los votos emitidos. Una actitud que a esta sección sindical le parece de autocomplacencia ante el déficit democrático.
El PDI del Sindicato Andaluz de Trabajadores/as quiere manifestar su preocupación ante estos indicios de déficit democrático en la Universidad de Sevilla que, sin duda, hacen un profundo daño a la defensa de la autonomía universitaria.